EUROPA
PRESS
25 abril
2018
Las
inyecciones de bótox contra el exceso de sudoración,
alternativa a la cirugía
La hiperhidrosis es una afección que se
define como el exceso de sudoración producido de forma espontánea, sin la
necesidad de ser causada por las altas temperaturas o situaciones que puedan
ocasionar una importante tensión emocional o física, un problema que tiene en
las inyecciones de bótox una alternativa a la
cirugía.
Se trata de un problema que afecta a alrededor de un tres
por ciento de la población y que, a pesar de ser un trastorno de escasa
relevancia para la salud, "sí causa en ocasiones importante estrés para el
individuo, pues dificulta su vida personal, social y laboral". Además, la
excesiva sudoración ocasiona maceración de la piel, que puede originar
infecciones secundarias, han apuntado desde el Hospital Quirónsalud
Marbella.
Son muchas las personas que, después de recurrir a múltiples
opciones para intentar remediar este problema, como fármacos o
antitranspirantes, se ven obligadas a recurrir a la cirugía para solucionar la
sudoración excesiva. Sin embargo, el uso del bótox o
toxina botulínica puede ser "la gran alternativa" contra la
hiperhidrosis.
Así, el Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Marbella pone a disposición de sus pacientes el
tratamiento de toxina botulínica para eliminar la excesiva sudoración corporal,
especialmente indicado en axilas y en palmas de manos y pies.
"La toxina botulínica", según la doctora Marta Frieyro, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Marbella, "es un tratamiento eficaz y
seguro y su empleo puede elevar la calidad de vida de nuestros pacientes y
evitar terapéuticas muy agresivas, como la sipatectomía
o la cirugía local".
La toxina botulínica o bótox es
una neurotoxina muy potente que bloquea la liberación de acetilcolina en las
sinapsis colinérgicas periféricas que ha demostrado su capacidad de reducir la
producción de sudor en las zonas cutáneas donde se inyecta.
"Su efecto terapéutico principal deriva de su acción
sobre la unión neuromuscular, causando parálisis y relajación de los músculos
en los que se inyecta", ha comentado la dermatóloga.
La aplicación de toxina botulínica para el tratamiento de la
hiperhidrosis es un procedimiento que produce una elevada satisfacción en el
paciente y permite mejorar de forma importante su calidad de vida.
"Se aplica mediante microinyecciones en la zona a
tratar, tratamiento que dura unos 20 minutos y puede realizarse en la consulta
del dermatólogo. En el caso de las palmas de las manos, suele ser necesario
realizar un bloqueo anestésico a nivel de los nervios de la muñeca. En el caso
de las axilas, no suele ser necesaria anestesia previa y el paciente hace vida
normal después del tratamiento", ha indicado la doctora Marta Frieyro.
El tratamiento debe repetirse cada seis o nueve meses, ya
que el efecto de la toxina botulínica es temporal. "La disminución de
sudor, prácticamente total, comienza a los pocos días del tratamiento", ha
finalizado.